Tengo la gran suerte de tener pueblo, por herencia. Y desde
luego lo considero una suerte, por los tantos buenos recuerdos, que cada vez que voy, espero que
mi hija los perciba, y aprenda como situaciones tan humildes te pueden hacer
tan feliz.
Hablando hoy mismo con mis amigas. Una de ellas , profesora, decía que no se podía creer como un niño de 8 años, no supiera lo
que era un arroyo, no se hubiera metido en un gallinero, ó que lo más parecido
a una cueva lo hubiera visto en el cuento de los siete enanitos. Esto es un
comentario sin más, que te hace pensar la suerte que tienes, por tener pueblo,
como el que vive en la costa y tiene la suerte de que sus hijos vean todos los
días el mar.
Pero que nada más llegar el viernes, después de toda una
semana llena de situaciones que has tenido que solventar, y la mayoría mediante
las nuevas tecnologías. Que tu familia te reciba, con una sonrisa y un abrazo
lleno de energía, te pongan una merienda de lo mas infantil, bocadillo de pan y
chorizo, (pero que pan y que chorizo)….te des un paseo por los caminos recién
sembrados de cereales, y veas el tractor, la empacadora,….
Veas las ki-kis como llama mi hija a las gallinas, y la coneja que acaba de
parir ocho gazapillos, y escuches al burro como rebuzna…ó hacer barquitos con
los juncos en el río.
Y los gatos, que son de todo el pueblo por que todo el mundo
les guarda las sobras, y el perro que supuestamente es del vecino pero se pasa
todo el día en tu casa.
Luego vas al bar, a saludar al resto del pueblo que no has
visto por el camino. Y ahí siguen los mismos que estaban la última vez que
estuviste, como diría de bromas mi amigo Jesús el tabernero, casi hasta con la
misma ronda. Y se habla de leña, caza, futbol, de lo que sea, pero de trabajo
no… en menos de 3 horas que llevas en el pueblo, casi no te acuerdas ni de la
contraseña de Windows.
Que tú hija haga lo mismo que hacías hace 30 años,
levantarte y salir a la calle corriendo con el pijama, por que esta la abuela
en la puerta regando las plantas, y da igual que estés en pijama, solo importa
porque te enfrías.
En la ciudad, te piensas más si eres creyente o no, pero en
el pueblo eso no se plantea, el domingo se va a misa por acto social, y como
vas a pilates entre semana toca ir a Misa y punto. Y no se que tiene la misa
mayor de mi pueblo, pero sales cargado
de energía. Todo lo que se dice es bueno, y todo el personal va con actitud
positiva, no vas a salir con una sonrisa?. Solo por oír desentonar al abuelo
merece la pena, bueno y también por ver la
pasarela Cibeles, todo el mundo de punta en blanco con la ropa del Domingo,y yo
en vaqueros que estoy del traje y los tacones hasta la banderola.
Se acaba tus días de descanso y te vienes con otra
perspectiva a afrontar la semana, con el
maletero lleno de cosas ricas,la cara repleta de besos reiterativos,emocionalmente sensible y explicándole a tu hija por que los abuelos se quedan y
nosotros no.
Qué grande es tener pueblo!!!
Y tú qué vivencias tienes de pueblo?